CRÓNICA DE UNA MUERTE NO ANUNCIADA


CRÓNICA DE UNA MUERTE NO ANUNCIADA


Esperar frente al mar como cuando llegan los barcos al puerto

esperar el verano como cuando sabes que es el ultimo invierno

esperar nada mas, callada ,quieta, sin hacer muecas  al tiempo

esperar mientras escuchas el vals  de Chopin, el compás de este sistema se hace lento

acariciando el momento, 

ese momento que se va mientras la esposa espera su regreso...

¡su pronto regreso!.                                                                 

                                                                            


Asoman las lágrimas mientras los puños se crispan. Ante el triste suceso, me esforzaré para que mis palabras y mi alma sean entendidas, lo que está sucediendo no somos capaces de expresarlo con palabras; la vida nos ha obligado a parar. La muerte de un ser querido trastorna todo equilibrio, y por más que te esfuerces no hallarás explicaciones satisfactorias. Es que no hay explicaciones, solo sabes que la muerte duele, que hiere en el más caro anhelo del hombre: las ansias de seguir volando en las alas de la felicidad familiar. David*, partió un mediodía de sol radiante, sin esbozar siquiera un adiós. Si acaso le esperaba una bella y larga vida, se interrumpió de pronto con la presencia 'de la no deseada'. Y por si fuera poco, opuso tenaz resistencia y luchó por eludirlo, pero este suceso, se constituye en un camino inexorable del cual no podía escapar nadie, en el sistema de cosas presente. Supongo que hay cosas que humanamente nunca podré explicar, pero apoyado en la Biblia, tomaré el riesgo de hacerlo, ahogado en la tristeza en que nos tiene sumido tan terrible e inesperado acontecimiento. En busca de consuelo miro a mi alrededor, pero en todos los ojos que se han cruzado con los míos, solo vi una amargura infinita, una tristeza a duras penas contenida, que estaba allí dibujada en forma de gotas de cristalinas lágrimas, las mismas que se niegan a salir. Aquellos humedecidos ojos muestran una tristeza que ni ellos mismos saben que llevan en el alma. Solo 'la paz de Dios que está más allá de todo entendimiento', puede darles la tranquilidad que les permita afrontar situaciones de tamaña magnitud. 

Para afrontar la difícil empresa que me convoca debo hacerlo desde un relativo principio para ver si de esta forma puedo darle claridad a mi empeño. Pero, antes de hablar de la muerte debemos hablar de la vida, y que mejor ejemplo, hacerlo de la vida del Mesías. Éste hombre, Hijo del Dios Verdadero, predicó con denuedo: 'el reino de Dios se ha acercado'. Enseñó que, durante ese futuro reino la justicia habría de morar en la Tierra y que el sufrimiento producido por las enfermedades y la muerte, serían eliminados para siempre. Sus discípulos y apóstoles del primer siglo, fueron testigos presenciales del poder que su Padre le otorgaba por medio del espíritu santo: restauraba la salud de los enfermos, devolvía la vista a los ciegos y limpiaba a los leprosos. Pero también, un tierno relato del apóstol Juan registrado en la Biblia, indica que Jesús tenía el poder para resucitar a los muertos y no obstante tener ese poder, se conmovía con la muerte hasta ceder a las lágrimas. La Biblia de Las Américas dice en Juan 11: 33 "Y cuando Jesús la vio llorando (a María, hermana de Marta y Lázaro) y a los judíos que vinieron con ella también, se conmovió profundamente en el espíritu, y cedió a las lágrimas" Todos los presentes en el lugar se sorprendieron y se preguntaron en Juan 11: 37 "¿No pudiera este hombre que abrió los ojos al ciego, haber impedido que este muriera?".  Por supuesto que podía curarlo antes de morir. pero la muerte y luego la resurrección de Lázaro, era para ver la gloria de Dios 'a fin de que crean que tú me has enviado'.

Para Jesús, lo más importante era predicar las 'buenas nuevas del reino', dando a conocer el nombre de Jehová y esperanzando que los pecadores se arrepientan para, de esa forma, hacerse merecedores de la vida eterna, en ese futuro reino, del cual sería él, el gobernante. En el primer siglo sus discípulos, esparcieron sus enseñanzas en 'toda la tierra habitada'. En la actualidad, esa misma labor la cumple un pueblo espiritual a quién Jehová escogió para que llevarán su Nombre. La nación bendecida no es ninguna raza de gente en particular, que pertenezca a alguna rama especial de la familia humana y que esté unida bajo algún reino de hechura humana. No. Ahora Jehová Dios se propuso llamar a personas de todas las naciones para estar asociadas como un pueblo 'separado del mundo', un pueblo para su nombre. Hechos 15: 14 dice: "...como Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre". Hoy ese pueblo de 'entre las naciones' hace lo que Jesús profetizó como señal de que el fin estaba cerca. Mateo 24: 14 dice: "Estas buenas del reino se predicaran en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; entonces vendrá el fin". Es así que los testigos de Jehová recibimos instrucción bíblica para luego llevar un mensaje de esperanza a todo aquel que tenga oídos para la Palabra de Dios. Predicamos que no hay motivo para temerle a la muerte, porque la esperanza de la resurrección la miramos muy de cerca, con los ojos de la fe. Pero también nos pasa, al igual que a Jesús, que cuando la muerte se presenta en nuestro entorno, nos conmueve tanto que pareciera que no estuvimos preparados para tan terrible acontecimiento. Comprendemos que como suceso imprevisto a cualquiera le puede acaecer, y que no existe ser humano que esté enteramente preparado para hacerle frente y que todo cálculo, que pensábamos posible, queda fuera de nuestra capacidad de control. Nos choca tremendamente, que si no conociéramos 'la esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a ver resurrección así de justos como de injustos', nos derrumbaría. Es en esos momentos de dolor cuando nos aferramos a las herramientas con las cuales nos habíamos provisto, para afrontarla con dignidad: la oración, los verdades de la Biblia que nos animan y el amor cristiano de nuestros hermanos de fe. Entonces el espíritu de Jehová acude en nuestro auxilio y nos da la 'paz de Dios que supera a todo pensamiento, que guarda nuestros corazones y las facultades mentales mediante Cristo Jesús' Filipenses 4: 7.

Regresemos un poco hasta situarnos en los días previos al suceso que nos sume en una tristeza profunda. Unidos en el amor a Dios cada nuevo amanecer es un canto a la vida, vida que parece sonreírles con dulzura a David, Noemi y Sofía. Aprendieron que la felicidad no viene de las cosas materiales que el mundo nos ofrece, sino de la alegría que se siente por estar vivo. La feliz esposa dialoga consigo misma de la misma manera que lo hace con su amado, 'que muchas cosas tenemos que hablar, compañero, compañero del alma'. Como a casi todos, a esta familia también le ilusiona el inicio de un nuevo año y hacen planes para que sus actividades le den honra a quién les enseña que el 'orden y planeamiento' es lo primordial para la concreción de un fin propuesto: Salmos 119: 111- 112 dice: "He tomado tus recordatorios como posesión hasta tiempo indefinido, porque son el alborozo de mi corazón. He inclinado mi corazón a poner por obra tus disposiciones reglamentarias hasta tiempo indefinido, hasta lo último". No existe para ellos , mayor felicidad que el deseo de servir a Jehová unidos como familia. Tienen muy en claro que la felicidad no esperan que se les presente en el camino, sino más bien, es algo que se va construyendo día a día, con esos pequeños detalles positivos y negativos que componen la vida. El servicio a Dios, el trabajo seglar y la crianza de su pequeña son los pilares sobre los que descansan sus cotidianas actividades; es así que el día 11 de enero aparece en sus redes sociales un optimista aviso: "My english class. ¡Yes! Inicio 11 de enero".

En la noche del día anterior, domingo, se les veía radiantes de felicidad en nuestro Salón del Reino virtual. La pantalla que compartimos vía Zoom, nos entregaba una imagen que quedará en la retina por mucho tiempo: sentados en un sofá de su hogar, al lado izquierdo está David, en el medio se aprecia a Noemí y al extremo derecho está Sofía, la hija de ambos. Mientras comienza la reunión, ante la tierna mirada de la esposa, Sofía y su papá ríen con abierta alegría, entrecerrando sus rasgados ojos. De altos sueños y anchas luces se viste su felicidad; no existe ningún atisbo de duda que haga pensar en el término de esta dicha que los envuelve. En los ojos de Noemí se dibujan sus pensamientos: 'yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste que recorre mi huerto', parecen decir. En la Sala, esperamos todos el inicio del cántico de alabanza y de la oración. Así como ellos, en el mundo, las millones de familias de testigos de Jehová, han llegado a comprender que adorar a Dios juntos no es una excepción, sino más bien una regla que nace del ejemplo de José, quién al lado de María, Jesús y sus hermanos pequeños, recorrían kilómetros para asistir al templo de Jerusalén. También, al igual que los cristianos del primer siglo, los de hoy, guían su vida por principios elevados, de tal manera que las cualidades del Magnífico Creador es el fin Supremo a imitar. Aquella noche, el tema del edificante discurso disertado desde Venezuela por nuestro hermano Eliezer Cermeño, fue: "¿Cifra usted su esperanza en la ciencia o en la Biblia?, nos hizo ver la importancia de buscar refugio en Jehová. Para nuestra segunda reunión de estudio bíblico, el tema fue: ¡Ánimo! Jehová está ahí para ayudarnos, basado en Hebreos 13: 5 'Nunca te dejaré y jamás te abandonaré'. Al final de la reunión, nos sentimos regocijados con las promesas de Jehová y así lo expresamos en el saludo que todos los asistentes nos dispensamos. El alimento espiritual que recibimos, nos llevó a tener un reparador descanso, y dejó listos, a la familia de quién hablamos, para que el lunes 11 asistan a la Consideración del Servicio del Campo. Esa diáfana mañana, nada hacía intuir que se cernía sobre nuestras cabezas, un inminente y trágico imprevisto, de tal manera que la Consideración siguió su curso normal. Nuestro hermano Edwin, nos presentó un vídeo: 'Borra la tristeza', que nos advierte que las emociones negativas no duran para siempre y que dibujando una sonrisa, borramos la tristeza. "¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso". Diez treinta de la mañana, termina la reunión.       

Su felicidad, la guardan celosamente y luchan para que crezca y no huya del hogar, al contrario, buscan que se consolide; más aun teniendo como 'divina herencia' a la preciosa niña que se aleja apresurada de la tierna infancia y va abriéndose paso a una adolescencia inquietante. Cosa de gran estima es el fruto del vientre y así lo comprenden David y su amada Noemí, que la cuidan con ternura. Papá significaba una super presencia que abarcaba no solo su niñez sino cada momento de enorme valor existencial. En Sofía, su hijita, han desarrollado el cultivo por las diversas formas de arte: escribe acariciando la prosa, toca el piano y la guitarra con primor y por si fuera poco, canta con dulzura; pero sobre todo, dedica su vida al servicio de Jehová. Ella es realmente 'una herencia de parte de Dios' y una especie de paisaje sin frontera ni confín. Si para muchos hogares la felicidad, ha quedado reducida al ámbito más íntimo y familiar; con ellos sucede lo contrario, su felicidad la comparten con su familia espiritual del mundo entero. Y, vemos con deleite como, Eclesiastés 12: 1 "Acuérdate, ahora, de tu Magnifico Creador en los días de tu mocedad..." se cumple en Sofía. Nació de una madre que ama a Dios y de un padre que se esfuerza por conocerlo y servirle. Cuando no existían pandemias que nos priven de asistir al Salón del Reino, nos confortaba verlos llegar a los tres tomados de la mano, con sus rostros llenos de sonrisa y saludar a quienes habíamos llegado antes. Hoy, en las reuniones virtuales siguen unidos en la adoración verdadera. Pero, ese trágico acontecimiento, nos privó de verlos juntos. La reunión acabó y luego de unas horas, la vida de David también. La muerte levantó el vuelo muy temprano, 'a mi higuera y a mi huerto volverás y el arrullo de la brisa veraniega te traerá'. Los pensamientos de dolor de la esposa se pueden leer en el aire: 'y es que sin igual, te fuiste como esposo; como padre, tu dichoso matrimonio quedará como ejemplo; supiste enriquecernos hablando como hablabas'.     

La muerte de David duele, golpea en la mayor debilidad del hombre: sus ansias de volar. La pena nos sumió en una especie de vacío insondable. Aunque tenemos viva la esperanza de la resurrección, aun así la muerte nos afecta y nos conmueve tal como lo hizo con Jesús. Tal vez hubiera sido más 'fácil' de comprender, si hubiera estado enfermo, medita Noemí. 'La incertidumbre que me produjo el hecho de asumir su ausencia, se tradujo en un dolor paralizante, que hizo que me desplomara un instante en una amargura sorda, pero el ver a mi hija desvalida, triste y sin su amado padre, me dio fuerzas'. Suena difícil y hasta contradictorio escribir sobre la muerte inesperada de un amigo, porque nadie espera la llegada de la muerte, pero debemos recorrer no sólo el abismo privado que ocasionó la pérdida, sino también nuestro propio pesar. Nos apoyamos en Nuestro Hacedor para que nos de 'las fuerzas y el poder que está más allá de lo normal´. Reconocemos que Jehová Dios ha puesto en el corazón de las personas el deseo de vivir para siempre, y si la muerte llegara, entonces la esperanza de la resurrección, nos anima. Eclesiastés 3: 11 dice: "Todo lo ha hecho bello a su tiempo. Aun el tiempo indefinido ha puesto en el corazón de ellos, para que la humanidad nunca descubra que el Dios verdadero ha hecho desde el comienzo hasta el fin", y Juan 5: 28-29 dice que "todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán a una resurrección...". 

La meditación acerca de los acontecimientos ayuda a tener tranquilidad: 'Comencé a analizar la paz y relativa tranquilidad en que antes vivía, las mismas que ahora han sido violentadas por la angustia y el dolor; entonces me di cuenta que no siempre es sencillo. Que difícil nos resultó comprobar en carne propia lo que dice la sustancia de 1° Tesalonicenses 5: 2, que la tragedia viene como ladrón en la noche. Nos sorprendió cuando más unidos nos sentimos. El profundo dolor que sentimos no hizo otra cosa sino desnudar la vulnerabilidad al no poder comprender el porque de la muerte de quien tanto amamos'. Eso nos hace recordar inmediatamente que 'el tiempo y el suceso imprevisto le puede acaecer a cualquiera'. El resultante del suceso imprevisto que tantas veces lo leímos, pero que jamás pensamos que podría tocar nuestra propia vida, plantea la idea de la esperanza que sobrevive a la tragedia. Decir que fue devastador sería utilizar el término más ínfimo para describirlo. Fue mucho más que eso; no hay palabra que describa el instante mismo del trágico acontecimiento, se nos antojó que serían esos sueños con que a veces nos sorprende nuestro inconsciente, el mismo que nos hace caminar por los pasillos tenebrosos de lugares inexistentes, para luego despertar sobresaltados comprobando que solo fueron pesadillas. Pero en este caso la realidad superó los intrincados paseos por el universo onírico. 

La muerte a veces es mucho más que el dolor de la ausencia física: es un replanteamiento a trazos forzados sobre nuestra propia vida. La figura paterna es irremplazable, pero quien queda a cargo, asombra por su conmovedora delicadeza, pero sobre todo, su acierto para hilvanar los vínculos emocionales y personales como una especie de espiral interminable que sustenta la identidad, desde la perspectiva del que sobrevive a un afecto de capital importancia'. De tanto pensar envuelto en el dolor de la partida, se nos antoja que la vida en este sistema es muy frágil: 'se vive prendido como las hojas de un árbol en pleno otoño', ¡una fuerte sacudida y caemos! Pero todo esto pasará, lo sabemos porque valoramos el sacrificio y porque tenemos la garantía que nos otorga la resurrección de nuestro Señor Jesucristo y el consuelo 'del Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación mediante el consuelo con que nosotros mismos estamos siendo consolados por Dios' 2° Corintios 1: 3-4.     La muerte de un ser amado nos produce un dolor inmenso y un vacío indescriptible, pero sabemos que Jehová comprende lo que estamos pasando. Él nos asegura que tiene un intenso deseo de usar su gran poder para devolver la visa a quienes han fallecido. Job 14: 15 dice: "Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo". ¡En un futuro muy próximo nos volveremos a ver!

 * Los nombres se han cambiado.














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