LLAUTA, JOYA ESPLÉNDIDA...

En un lugar llamado La Aguada, que es el lindero que separa los territorios de Llauta y Laramate. La fotografía debe de haber sido tomada más o menos en el año 1955. Un descanso para la foto, en la tranca que separa. Este es unp de los muchos y frecuentes viajes familiares que realizamos en visita a la familia Antezana.   
Así como esta hermosa foto perenniza el momento, hubiéramos querido que nuestra infancia quede allí. Pero eso no es posible, pues nos hubiéramos privado de otros acontecimientos a lo largo de nuestra vida ya sean buenos o malos. Bien vividos están. Un recuerdo a mi madre doña Justa, mi hermano y un entrañable amigo de la familia Antezana Gallegos, Lucho.

Centro Poblado de Aylapampa. Barrio ubicado en la quebrada de Llauta. Sus verdes praderas le dan brillante colorido a esta calurosa zona y es un deleite exquisito para quienes viajan por sus serpenteantes caminos. De los alfalfares de antaño queda muy poco, en la actualidad los campos se han vestido de árboles de Palta.

La Plaza de Armas de Llauta, en cuyo centro se levanta una efigie del caballo nacido en sus praderas que fue elegido como campeón nacional entre los caballos de paso.

Llauta es tan bella como las flores que adornan la campiña de este bello paraje enclavado entre las montañas de la Cordillera Occidental de Los Andes.




Visitar Llauta siempre ha significado un viaje inolvidable. Desde que tengo uso de razón está presente en mi memoria. En la Casona Grande y Señorial de la familia de don Abraham Antezana y doña Inés Gallegos, alegraba mi alma retozando y disfrutando del inocente juego de cabalgar un palo de escoba; pues creo que de esa manera imitaba el arduo trabajo de los mayores quienes se movilizaban en briosos caballos, llevando el ganado a los pastizales que están río arriba, un lugar llamado Gallinazo. Aquella recordada familia nos muestran la importancia de la hospitalidad, Están grabados en la memoria, desde siempre, los extensos campos de alfalfa adornadas con flores azules. El pasto crece tan alto que las vacas y los gordos toros se pierden en el follaje. Los animales comen a sus anchas durante todo el día y por las tardes, a la hora del Sol poniente, son recogidos a los corrales donde rumiaran sus   gorduras, separados de los becerros. 

El distrito de Llauta, es un pequeño y hermoso lugar donde los pobladores llevan una apacible vida rodeados por el verde paisaje, campos llenos de pastos que alimentan el abundante ganado.