HOMENAJE A MAESTROS INOLVIDABLES.

En la explanada del antiguo Estadio, las damas y profesoras de Laramate dan la bienvenida a los militares que transportaron las Urnas para una elección presidencial. Finales de la década del cincuenta. Se puede apreciar a Mercedes Rodriguez, Eva Guillén, Virgilia Tenorio, Angélica Guillén y otras señoritas...La gente del pueblo se volcó a disfrutar del acontecimiento.


Profesores LEÓNIDAS MUÑOZ, JORGE CADENAS, DINA CABEZUDO, rodeados de sus alumnos del Colegio de Laramate: Godofredo Gallegos, Cleofé Guevara, Luis Loayza, Oriele Rodriguez, Julio Chávez, Nolasco Gutiérrez, Máximo Tenorio, Estela Rodriguez, Genoveva Guillén, Elcira Hualpa, Lilia Muñoz, Aída Muñoz, Uldarico Hualpa, Rosa Rodriguez.
 
Profesores, Guías y Lumbreras. MANUEL ZORRILLA y ANDRÉS ZORRILLA ALTAMIRANO. Eso es lo que estos señores fueron. Fundaron el periódico Intiwatana, el mismo que hoy sigue circulando bajo la dirección de otro brillante intelectual, nuestro dilecto amigo Gustavo Zorrilla Jurado.

Los señores de la Guardia Civil, calzando sus "polainas" y vistiendo los uniformes de la época. Están en el frontis de la iglesia. Se puede apreciar al Guardia Manuel Céspedes, quién luego sería un señor profesor de la Escuela. Entre otros, también está el Guardia Rivero.



Por la época en que  fuimos a la escuela, no existían los Jardines de Infancia. A los cinco años entramos a Transición. Haciendo un ejercicio de memoria, nos encontramos en el aula bajo la agradable tutela de un señor Maestro: Andrés Zorrilla Altamirano. En las paredes blancas de nuestro primer salón, habían colgadas unas cartulinas con dibujos de unos perritos: Sandor y Leal. Y en la negra pizarra, escritas con tiza de distintos colores, las vocales. Tenía nuestro maestro (aquel tiempo no decíamos profesor), la paciencia de un amoroso padre y la creatividad de un artista; de la letra "a" dibujaba un "viejito" con bastón y sombrero. De la "e" hacía un sonriente muchacho, y así de cada letra hacía un divertido personaje y de  la enseñanza un colorido aprendizaje. De los recuerdos de la época de Transición, quedan la sonrisa y el buen trato de nuestro querido maestro. Para el Primer año, también nos acompañó, nos llevó de la mano y puso las bases para nuestra instrucción. Lo veíamos como un segundo padre. Con el paso de los años creció nuestra admiración, pues no solo era un buen maestro sino un caricaturista excelso además de sensible poeta y escritor. Otra faceta que fuimos descubriendo en él era su paso por Radio Antena Laramate que el mismo fundó y que desde un aula del segundo piso de la Escuela de Mujeres trasmitía, dando oportunidad a sus alumnos para que declamen sus poesías, entonen sus tristes huaynos o hagan parodias. En las famosas "veladas" que eran teatros temporales, los maestros se lucían como actores de los muchos dramas que presentaron. Además, estas "veladas" eran motivo para que en la puerta del patio de la escuela de varones, las señoras ofrecieran en venta el "ponche de leche "  las galletas y chocolates.  Aquellas noches eran motivo de alegría y asombro: los "magos" sacaban conejos de su sombrero. ¿Cómo lo hacían? No lo sabemos, pero nos divertían.  También, nuestro maestro Andrés fue un inquieto y trashumante peregrino, al lado de su hermano Manuel Zorrilla, maestro en Llauta, recorrieron muchos  caminos y fundaron juntos el periódico  Intiwatana. 

Don Manuel Céspedes Díaz, asumió nuestro cuidado y enseñanza para el primer año de primaria. Este señor llegó al pueblo como un efectivo de la Guardia Civil. De su lejana Cajamarca donde habitaban sus padres trajo el don de gente aprendido en el hogar y también trajo el cabello ensortijado ligeramente rubio y unos ojos vivaces de color celeste. De su formación profesional, hizo de la disciplina una forma de vida. Formó un hogar en Laramate al casarse con una linda dama del lugar: Eva Guillén. Siempre respetuoso y atento, impartía sus clases con mucha dedicación y disciplina. La sonrisa era una gracia bastante esquiva en su rostro, no significando esto, que la alegría lo haya abandonado. De los gratos recuerdos quedan aquellos momentos que pasamos en su casa al lado de su esposa e hijos, en cada cumpleaños cuando todo el salón lo íbamos a saludar.

De todos nuestros maestros guardamos muy gratos recuerdos. La señora Angélica Guillén fue nuestra maestra en segundo año. Era ella una dama de hierro. Siempre estuvo presente en su mano derecha una delgada rama de eucalipto, la que calaba con fuerza en las espaldas de algún alumno rebelde. El señor José Delgado, que en un principio nos enseñaba las artes del cultivo de la tierra, haciendo almácigos de zanahoria, repollo, coliflor en la chacra adjunta a la escuela y en los terrenos de la lejana Palca. Para ir a este bello paraje era una aventura inolvidable; llevamos nuestro fiambre, pues nos quedamos casi todo el día Después de un tiempo pasó a ser profesor de aula. Un caballero muy correcto y respetuoso.

Otros maestros, muy dignos del recuerdo y el homenaje eterno son Froilán de la Torre, Nicolás Fernández, Jesús Sarmiento, Sortibrando Palomino, Edgar Asurza, el gran maestro Leónidas Muñoz, Luis Céspedes Barrenechea, Cila Espinoza, Absalón Torres Monge, Jorge Cadenas Campos, Atalia Guevara, Rosa Cavero, Lucila de la Torre, Emilia Guillén, Zenaida Guillén, Noemí Guillén, Gregoria Enriquez, Liduvina Garayar, Alejandra Valenzuela, Contreras, Gómez, Flores. Y si olvidamos a alguien nos disculpamos. También contribuyeron en nuestra formación Alberto Cucho, José Mendoza, José Saez.

 





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