EL DEPORTE Y EL PROGRESO UNIDOS...

El deporte une los pueblos, permite confraternizar y da rienda suelta a la felicidad. Unidos en esta foto que data de la primera mitad de la década del sesenta, se encuentran en un campo de Lima: Garayar, Santos Guevara, Eladio Garayar, Alfredo Tenorio Gabule, un señor Gallegos, Adriano Guevara, Carlos Sarmiento, Rolando Aguirre (de Puquio), Raúl Loayza, Reinaldo Gavilán, Eleuterio Munive, Vidal Revilla.
Se aprovecha todo espacio abierto para la práctica del deporte. A finales de la década del cincuenta, antes que haya un estadio en Laramate, juegan al fútbol: Víctor Loayza, Godofredo Gallegos, Pablo Aguado y Pedro Gallegos.
Los deportistas de nuestro pueblo Laramate también pasearon su calidad en distintos lugares. Es el caso de una dama: HILDA PALOMINO, quién derrochaba calidad, garra y pundonor. En la foto está acompañada de un grupo de deportistas, que además de calidad, tienen belleza. Su eficaz disposición le valió para destacar en otros equipos fuera de nuestro pueblo, y esa misma garra supo emplearla también en la vida cotidiana para enfrentar los retos que la vida familiar exige . Demostración evidente de que el deporte está unido a la superación y el progreso.


Sentimos los besos de un aire frío que acarician los recuerdos. Volver a mirar en el pasado es ir en busca de las raíces de las cuales  provenimos. Así como una planta sin riego no crece, nosotros como sociedad, debemos regar nuestro pasado, con los recuerdos de nuestros padres. Si no reconocemos nuestras raíces no somos nada. Debe ser terrible no saber quién es uno, y claro, eso solo podemos saberlo si conocemos la historia de nuestros mayores. No debemos olvidar de los bienes gozados en el ayer, por más lejanos que se encuentren.

Es un día de algarabía. Las gentes del pueblo están vestidos de domingo y hay una expectante inquietud. Acontecimientos de este tipo no se dan con frecuencia; mayormente se realizan en fechas especiales. En las fiestas patronales o patrióticas surgen los desafíos entre los equipos de fútbol más populares: Alianza y Defensor. Y si se trata de la práctica del Voley es entre los clubes Olimpia y Primavera. Cada uno de los clubes de fútbol tienen sus pares en el lado femenino. El Olimpia pertenece al Alianza y el Primavera al Defensor. Indistintamente, las señoritas que integraban los clubes eran: Angelica Guillén, Crisálida Guevara, Alejandrina Tenorio, Hilda Palomino, Dulia Palomino, Violeta Guevara, Jesús Guillén, Nelly Jurado, Zoira Jurado. Otra generación sería: Nora Guevara, Asunta Guevara, Marina Palomino. Magda Cabezudo, Abilia Ludeña, Estela Rodriguez, Alejandrina Moscoso, Lilia Muñoz, y más..También hubo otro gran equipo de Voley: El Corsario. Las damas  eran el eje fundamental en el que giraba los más importantes acontecimientos en el pueblo: ponen la gracia, el donaire y el equilibrio. La presencia de ellas hace posible aquello que parece imposible: divertirse sin  exceso de licores ni peleas. Cuenta el historiador y costumbrista laramatino, Godofredo Gallegos Castillo que los adinerados: ganaderos, comerciantes, terratenientes y hacendados eran los que patrocinaban al Alianza y Olimpia, ellos eran llamados los "de la crema y nata", mientras que la gente del pueblo eran los entusiastas seguidores del Defensor y Olimpia y que incluso, los integrantes de la Banda de músicos eran del Alianza con la sola excepción de Marcelino Tenorio; de tal manera que en cada triunfo del Alianza los festejos duraban hasta altas horas de la noche.

Para esta feliz tarde, los niños luchan por desprenderse de las manos de sus padres, que lo aprisionan; quieren correr al lado de otros niños que van detrás de los jugadores de los equipos de fútbol que esa tarde se enfrentarán en el pequeño estadio de la localidad. Es un día escogido para la práctica del deporte. Se deja de lado por un momento las arduas tareas en las chacras o el cuidado de los animales y ante la mirada complaciente de todos los habitantes se entregan a la diversión. Definir la idea de deporte, implica necesariamente la idea de diversión. Es momento propicio para desahogar penas y cansancio ocasionadas por la vida rutinaria. Las preocupaciones huyen y dan paso a la desbordante alegría. 

Nos ubicaremos en los últimos años de la década del cincuenta. Es una tarde calurosa del día veintiocho de julio. Por la mañana hubo desfile escolar en la Plaza con la participación de la Escuela de Varones Nº 634. Formaron una pequeña tropa los maestros encargados de guiar y educar: Froilán De La Torre, Nicolás Fernández, Jesús Sarmiento, Andrés Zorrilla, Sortibrando Palomino, Rodrigo Guevara, Angélica Guillén, Manuel Céspedes. El instructor encargado de dirigir la marcha, en esta escuela, es el gallardo Guardia Civil Maximiliano Cabello, quién con voz firme arenga a sus alumnos para que derrochen pundonor, aquello que con tanto empeño fueron consiguiendo en las muchas horas de entrenamiento en en polvoroso estadio del pueblo.

Pero quienes abrieron el desfile patrio fueron las integrantes de la Escuela de Mujeres Nº 640. Sus dignas maestras encabezando la escuadra femenina: Emilia Guillén, Gregoria Enriquez, Rosa Cavero, Lucila De La Torre, Rosa Mora, Atalia Guevara, Zenaida Guillén, Zoira jurado. El instructor era el señor Guardia Civil Carlos Llerena. Ellas desfilan mostrando sincronización en los delicados movimientos. Por la emoción y el esfuerzo estando firmemente comprometidas, algunas lágrimas resbalan por las coloradas mejillas de las niñas.  Terminado el desfile se escuchan arengas que surgen de la mente iluminada de nuestros maestros: "...cada uno de nosotros puede ayudar a que nos preparemos para el futuro, haciendo todo lo que podamos para alzar nuestra voz en favor de la justicia y de la igualdad, en defensa de los derechos de la humanidad, para estar en el lado correcto de la historia, sin importar cual sea el riesgo o el coste que nos acarree..". Y por último, terminado el Desfile,  se hace un anuncio que provoca la algarabía en la gente que asiste al desfile: están invitados todos a un encuentro deportivo.

Gran partido de fútbol entre Alianza y Defensor. Se despertó la pasión entre la muchedumbre, el acontecimiento genera entusiasmo colectivo. Se siente impaciencia, deseos que empiece pronto, se quiere escuchar ya el pitazo inicial. A partir de las tres de la tarde los niños han salido de sus hogares en estampida, quieren tocar a los  jugadores, que para ellos son los ídolos protagonistas de la historia. Los de Alianza utilizan como improvisado camarin la casa de Manuel Guillén;  ellos se visten con su clásico uniforme blanco con franja roja. Los de Defensor se visten de deporte en la casa de Humberto Rodriguez. Indistintamente a que equipo pertenecen daremos nombres de los muchos deportistas que esa tarde se enfrentan con hidalguía: Alejandro Morón, José Jurado, Modesto Garayar, Renán Rivero, Melquiades Guevara, Pablo Aguado, Lucho Aguado, Ciro Canales, Juan Guevara, Juan Zorrilla, Félix Zorrilla, León Gutiérrez, Víctor Loayza, Lucho Ormeño, Pajarito, Alfredo Rivero, José Tenorio, Pedro Gallegos, Eleuterio Munive, Rolando Aguirre, Edgar Azursa y más, muchos más.

Cuando la Banda de músicos no está en el pueblo, pues atienden compromisos contraídos en otro distritos, las tardes del deporte se amenizan  con el sonido que salía de los alto parlantes del tocadiscos pick up de un señor Rojas o de Aquiles Jurado y hermano, los "coco cholo" que se ubican a un costado del campo de juego, en la parte alta. Un señor Ramirez, "barbitas"  hacía las veces de narrador. Era muy original su estilo. Sirven de tribunas para espectar y no perderse detalle del encuentro los muros de las chacras vecinas. La indumentaria de los jugadores era un espectáculo aparte: Melquiades Guevara usaba un pañuelo en la cabeza en forma de boina, León Gutierrez también usaba pañuelo doblado en forma triangular, amarrado para cubrirse la frente. Pablo Aguado tenía una boina de malla tipo Lolo Fernández, había otro a quien le quedaba grande la pantaloneta, el animador le gritaba"calzoncillucha" . Los chimpunes tenían "cocos" de zuela unidos con clavos a la planta y otros usaban zapatos rudimentarios a lo que les llamaba "chanca buques". Muchos de los deportistas suplían la falta de calidad con pundonor. "Rompele la pata", decía el narrador y añadía: "que Dios perdona". Estos dos equipos, siempre han tenido buenos arqueros, cuidaban su arco con calidad: Alejandro Morón en Alianza y José Jurado en Defensor eran una garantía. Por la edad vendrían luego: Renán Rivero, Lolo Guevara, Domingo Gavilán, Modesto Garayar...     

Pero no solamente se practicaba el fútbol y el Voley. En la década del cincuenta se creó también un Club de Ajedrez. El impulsor para la creación de dicha institución, la del deporte ciencia, fue el joven Juan Orellana, quien  habiendo trabajado en Ica regresó a su pueblo llevando lo que había aprendido en otros lares. Hubo muchos socios y entusiastas cultores, se organizaban campeonatos e incluso se hacían viajes a otros pueblos para cumplir desafíos. Godofredo Gallegos, Alberto Valencia "Quiago", Víctor Guillén, Atilio Valencia, Guido Valencia, Mariano Jurado "loco pallares", Luis Jurado "Mocho" y por supuesto Juan Orellana, destacaban en dicho deporte.

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