CONDURILLO, enorme mole de fiero aspecto...
Condurillo es una montaña perpetuamente gris, de forma triangular. Es un vigilante solitario. Su base descansa entre las jurisdicciones de Atocata y Chupancancha. Su ápice se eleva hasta alcanzar el azul intenso del cielo, en vano intento de atrapar al sol. Siempre está vestido de penas, dando la apariencia de un serio y amargado vigía, pues, en sus agrestes laderas no se ve el verde de las plantas, ni el humo de ningún hogar.
En el silencio trágico de las noches, su tristeza aumenta y las cristalinas lágrimas de su llanto se abren presuroso paso entre las vertientes hasta lograr convertirse en riachuelo. En las grietas profundas de sus entrañas anidan cóndores y gavilanes, que en días soleados, con sus extendidas alas planean atisbando la extensa campiña y adornando los cielos.
El Condurillo, es triste, bello, tierno y amargado a la vez. Todo en uno.
Enorme mole de fiero aspecto, a quién se le encomienda el cuidado de los animales (previo rito ancestral del pago con coca cañazo y cigarro). Es el vigía del gélido territorio de las Punas de Ronguillos, y es además el encargado de abrigarlos en las inclemencias, pues al nacer el sol por su lado, atrapa manojos de rayos para el cobijo y el reparto para sus protegidos.
Es Condurillo, un reto permanente para quienes gustan del deporte extremo de la aventura, y escalarlo es un desafío. Lo invitamos a atreverse. Laramate lo espera. Hay casas de Hospedaje o si desea puede acampar a campo abierto. Además disfrutará de las corrientes de agua termal que brotan generosamente de su seno. ¡Los brazos abiertos de gente hospitalaria, los esperan...!
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