Laramate para el mundo
Presentación:
Yo Luis A. Loayza Guillén deseo compartir con ustedes información, narraciones, datos, curiosidades, costumbres, de este pueblo color esmeralda llamado Laramate, ubicado en la parte occidental de la cordillera de los Andes, en la zona que es conocida como "Las Cabezadas de Ayacucho", la misma que la integran los distritos de Huac huas, Llauta, Laramate, Ocaña, San Pedro de Palco y Otoca.
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Vista del valle de Astobamba |
De aquella lejana etapa de mi vida, a estos tiempos, todo ha variado. Las distancias parecieran que se hubieran acortado, pues por la velocidad de los carros y por el buen estado de las pistas, se llega más pronto. De Ica, para Palpa es una hora y de allí, siguiendo la dirección contraria del río Llauta, se llega en hora y media. Durante el trayecto por la quebrada se goza de una vista espléndida; los naranjos en flor, el aroma del mango maduro y el susurro de las aguas del río, interrumpido solo por el dulce trinar de las aves, nos llevan en un viaje inolvidable. La sinuosa carretera nos invita a ser cautos en el manejo y a tocar la bocina en cada curva. Las chacras, que antaño estaban sembradas con alfalfa, hoy tienen en la palta, el cultivo perfecto que sirve para incrementar la economía del hogar y también para llenar la barriga. Si bien el numero de animales vacunos ha menguado, existen todavía criadores de ganado mejorado. A lo largo del trayecto hay varios pueblos, y sus habitantes se las ingenian para ofrecer sus productos, al sacarlos a la orilla de la carretera. Jabonería, Tambo, Pucurí, Mayacto, Llauta y Pucará, son algunos de los coloridos pueblos, cada uno con su propio encanto. Siguiendo el camino, después de Llauta, se inicia una subida con curvas muy cerradas hasta Pucará y de allí hasta la Aguada hay quince minutos. Para delimitar los distritos de Llauta y Laramate, se ha construído en la zona limítrofe un extenso muro de piedras; que me hace recordar a la "muralla china", lógicamente, guardando las diferencias. La Aguada es un lugar plano donde crece una hierba aromática de nombre "salvia" que es buena para aliviar distintos males, entre ellos el mal de altura. A unos doscientos metros de la linea divisoria, se llega a un promontorio desde el cual se divisa a lo lejos el punto de nuestro destino: Laramate. Bienvenidos..!
Hermosa fotografía del Condurillo, vista desde Atocata. Lo agreste de sus faldas, es una invitación para que los amantes del deporte de aventura puedan escalarlo. (foto cortesía de Abraham Lovera)
CONDURILLO, enorme mole de fiero aspecto...
Condurillo es una montaña perpetuamente gris, de forma triangular que se ubica en la región "suni" por encima de los 3500 msnm. Es el vigilante solitario de la extensa campiña, que se rinde a sus cuidados. Su base descansa entre las jurisdicciones de Atocata y Chupancancha. Su pico más alto se eleva hasta alcanzar el azul intenso del cielo, en vano intento por atrapar al sol. Siempre está vestido de penas, dando la apariencia de un serio y amargado vigía, pues, en sus agrestes laderas no se ve el verde de las plantas, ni el humo de ningún hogar; sin embargo se ha reservado para su eterna gloria, tener en su base occidental al poblado de Tucuta y más hacia la izquierda, el barrio de Chupancancha con sus trigales amarillos y sus potros que corren vertiente abajo con las crines al viento; y todavía más hacia la izquierda en las laderas elevadas donde los páramos se forman y que al erosionarse los macizos, dan inicio al río Lamblama. Y en la parte oriental del Condurillo se halla la gran meseta de Ronguillos, reserva natural de pajonales de paja "ichu" donde las ovejas, vicuñas, llamas, alpacas y ganado vacuno, apacietan libremente en la espaciosa pradera. En esta zona la agricultura es incipiente debido a la temporada invernal de las heladas; pero para el cambio de estación, los vientos húmedos que llegan al oeste desde el atlántico, pueden provocar torrenciales lluvias que comienzan en octubre y se prolongan hasta abril. El resto del año es zona seca.
CONDURILLO, enorme mole de fiero aspecto...
Condurillo es una montaña perpetuamente gris, de forma triangular que se ubica en la región "suni" por encima de los 3500 msnm. Es el vigilante solitario de la extensa campiña, que se rinde a sus cuidados. Su base descansa entre las jurisdicciones de Atocata y Chupancancha. Su pico más alto se eleva hasta alcanzar el azul intenso del cielo, en vano intento por atrapar al sol. Siempre está vestido de penas, dando la apariencia de un serio y amargado vigía, pues, en sus agrestes laderas no se ve el verde de las plantas, ni el humo de ningún hogar; sin embargo se ha reservado para su eterna gloria, tener en su base occidental al poblado de Tucuta y más hacia la izquierda, el barrio de Chupancancha con sus trigales amarillos y sus potros que corren vertiente abajo con las crines al viento; y todavía más hacia la izquierda en las laderas elevadas donde los páramos se forman y que al erosionarse los macizos, dan inicio al río Lamblama. Y en la parte oriental del Condurillo se halla la gran meseta de Ronguillos, reserva natural de pajonales de paja "ichu" donde las ovejas, vicuñas, llamas, alpacas y ganado vacuno, apacietan libremente en la espaciosa pradera. En esta zona la agricultura es incipiente debido a la temporada invernal de las heladas; pero para el cambio de estación, los vientos húmedos que llegan al oeste desde el atlántico, pueden provocar torrenciales lluvias que comienzan en octubre y se prolongan hasta abril. El resto del año es zona seca.
El Condurillo es triste, bello, tierno y amargado a la vez; todo en uno. Desde el mismo día de nuestro nacimiento lo vimos siempre tan altivo y serio; pero sabemos que en el silencio trágico de las noches, su tristeza aumenta y las cristalinas lágrimas de su llanto, abren presuroso paso entre las vertientes, hasta lograr convertirse en riachuelos. En el punto más alto de su vértice, en las grietas profundas de sus entrañas, anidan cóndores y gavilanes, que en días soleados, con sus extendidas alas planean atisbando la extensa campiña y adornando los cielos. A esta enorme mole de huraño aspecto, se le encomienda el cuidado y abrigo de los animales, siguiendo la ancestral costumbre heredada de nuestros antiguos, previo pago a la pachamama, con coca, aguardiente y cigarro. Existe la creencia de que atrapa manojos de rayos de sol para calentar el gélido clima de las punas de Ronguillos, y de ese modo evita la muerte por congelamiento de los pastores y animales. Y es además de todo lo narrado, un reto permanente para quienes gustan del deporte extremo de la aventura, y escalarlo es un desafío. Lo invitamos a atreverse, amigo lector, Laramate lo espera con los brazos abiertos. Hay casas de Hospedaje o si desea puede acampar a campo abierto.
Otro aspecto a tomar en cuenta para anhelar visitar el pueblo es la necesidad de estudiar nuestra riqueza natural, la misma que se convierte en materia de investigación. El caluroso abrazo y la cordialidad de su gente nos habla por si misma acerca de la hospitalidad de nuestro pueblo, que los recibe con los baños de agua termal. Se nos antoja pensar en un Dios amoroso que premia a un pueblo generoso, con tan ricas aguas medicinales. A menos de cien metros del pueblo, pendiente abajo y a orillas del río grande, se encuentran los pozos de agua caliente. Es un maravilloso misterio que las aguas calientes broten por distintos lugares de la zona, en un radio no mayor a quinientos metros; no habiendo por las cercanías un volcán que alimente nuestras suposiciones; en todo caso, el lugar más cercano es el Condurillo, donde también hay remanentes de agua mucho más caliente. Algún día se desentrañará tal misterio y otro, que también es inexplicable: en la meseta de Ronguillos, en un lugar conocido como "Inca huasi", brota del suelo, agua con gas; parecido a las aguas minerales embotelladas. La ciudadela de Santa María, es una antigua construcción de piedras, hoy enterrada bajo mucha capa de polvo, que guarda la historia de los invasores Wari, primeros pobladores prehispánicos. Las ruinas de Cutamalla, el otero con propósitos militares de Plazapampa, y la cueva con restos humanos en la falda de la colina Paucani. Hay mucho por estudiar.
Laramate es un distrito de la provincia de Lucanas y pertenece al departamento de Ayacucho. Del pueblo que encontré a mi regreso de Lima, 1965, todo lo recuerdo. El colegio, bajo la dirección de Leónidas Muñoz, era solo una construcción rudimentaria de un par de aulas de adobes con techo de ramada; y sus maestros estaban hechos de un material para enfrentar la sacrificada labor del apostolado. En los meses de invierno, los profesores, que no son del pueblo, sufren con el intenso frío de la temporada; llegan a dictar sus clases temblando por el helado viento que corre. El espacio al que llamamos estadio era el más añorado por la juventud, lugar favorito de quienes gustábamos del deporte. El recién creado Banco de la Nación, con el funcionario Villaverde, atendía en la casa que alquilaba una familia de apellido Sarmiento, al costado de la escuela. El puesto de la Guardia Civil estaba en una calle de la plaza, en la que el señor Carlos Llerena y un tal Salcedo eran los encargados de hacer cumplir el orden, en un pueblo sumamente tranquilo. El sacerdote de la iglesia era un señor de apellido Del Carpio, quien había llegado desde su anterior parroquia en Otoca, un pueblo vecino. Ya se había creado la Supervisión de educación y en esa entidad trabajaba don Froilan de la Torre, antiguo director de escuela y los profesores Isaías Guillén, Nimio Huamán y el joven Edmundo Saravia. Había unas cuantas casas a las que podríamos llamar las más importantes, a juzgar por su construcción: la del señor Galimidi, que fue Alcalde en varios periodos, la casona de la familia Guevara Gallegos con su arco de piedra tallada a la entrada, la casa de la familia Motta en la misma plaza, que también tiene un arco bellamente tallado de piedra, la de la familia Moscoso, de la señora Mercedes Chávez y algunas más, con elegantes balcones de madera tallada. La oficina de Correos, era atendida por la señora Virgilia Tenorio y el señor Manuel Guillén. El Sanitario, encargado de la salud del pueblo, era Víctor Loayza. La escuela de mujeres tiene un bonito local de dos pisos en una calle de la plaza y la escuela de varones en la calle Libertad. Es un pequeño pueblo de menos de una decena de calles, que se vanagloria de tener una iglesia cuya fachada es de piedra de Huamanga, tallada. Hay unas cuantas tiendas a donde la gente acude para comprar: Marino Morón, Nicolás Sarmiento, Humberto Rodriguez, Froilan Bendezu, Alberto Valencia, Pelagio Valencia y Eladio Jurado. Hay dos hornos para elaborar pan; siendo el panificador más conocido, nuestro buen amigo Santiago Garayar. Un restaurante de Gilde Jurado y dos peluqueros, José Manuel Tenorio y León Gutiérrez.
Realmente es bella mi Laramate !!!
ResponderBorrarSI, ES BELLA. Su gente, su campiña, su clima. Nos sentimos orgullosos de esta hermosa tierra de sol candente y de sus noches frías, y del azul de su cielo, de sus aguas termales y por que no, de su Sanky.
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