LOS DANZANTES DE NAVIDAD
LOS DANZANTES DE NAVIDAD E n las alas de la melancolía vuelo hasta la casa paterna del pueblo en que nací, porque es difícil olvidar los días de la infancia, época en donde la inocencia y la diversión hacían la fusión perfecta. No necesitamos de grandes cosas para ser felices, las cosas simples que la naturaleza nos ofrece nos emocionan. Aprovechar de los días del aguacero de diciembre para arrear las vacas por los prados que ya empiezan a reverdecer o pasear por el campo abrigados por una espesa neblina que no deja ver más allá de dos metros y escuchar de pronto el vuelo inesperado de una perdiz, nos hace saltar d e sorpresa y de alegría. Diciembre es un mes de mucha reminiscencia: fin del año escolar, las primeras lluvias de la estación que mojan las colinas y tener el día libre de cuadernos y tareas, son cosas que no se olvidan jamás. Se acerca la navidad y con ella la emoción de ver a los bailarines. Cada día que pasa es un día que nos acerca a la llegada del v...